Lo que dijo el mayordomo

Al terminar de leer Lo que dijo el mayordomo por Javier Marías , pensé en un relato de Julio Cortázar, Axolotl, que también hace difícil la distinción entre artículo y cuento. Para mí, el poder del cuento de Marías reside en su franqueza. Justamente como el narrador, yo, como lector, conozco al mayordomo y escucho atentamente a sus recuerdos y pensamientos. Lo que Cortázar y Marías nos presenta es una versión de la vida diaria tan real que no estamos aburridos. Además los dos autores añaden un elemento especial – Cortázar la fantasía y el realismo mágico y Marías la magia negra que destacan los relatos el significado del mensaje.

En su simplicidad, Lo que dijo el mayordomo nos llama a nuestras emociones sobre lo rutinario de la vida. En toda la confusión y de estar atrapado en el “amplio ataúd vertical”, el mayordomo se quede tranquilo y seguro de quien es y quien desee ser. El narrador, golpeando a la puerta y gritando, contrasta del mayordomo de una manera tan fuerte que asociamos madurez y seguridad con el mayordomo. La yuxtaposición de los personajes paralela las diferencias entre el mayordomo y los millonarios a quienes le atienden. Sus revelaciones sobre tocar la española durante Family Fued y la muerte de la niña están al instante más auténticos a causa de su calma. Al fin del cuento, salimos del ascensor con el narrador, inseguro de cómo interpretar lo que acabamos de escuchar.