La obra, para mí, representa una crítica del mundo consumidor – el mundo materialista que exportado por los capitalistas. Leer la obra me hace pensar en el cómico americano George Carlin, quien siempre criticaba la sociedad por ser disparatada y atrasada. Capítulo 8, sobre el teatro como lugar perfecto para lo excepcional me resulta interesante porque es verdad que el mundo de arte – cualquier forma – puede juntarnos a pesar de lo que nos separan. Ideas subversivas o extremistas pueden manifestarse en el arte sin violencia.
El capítulo 12, la crítica del gobierno, hace una transición genial de la descripción de los dichos de los panadeos y los libreros a la línea, “Si nos hubiésemos ocupado de hacer democracia real, nos representarían políticos con formación filosófica y no nos gobernarían estos inútiles.” Especialmente importante para estos tiempos en los EEUU debido a las elecciones, vemos como el gobierno no funciona por la razón, la racionalidad, ni la filosofía pero para que mejoren los que ya han mejorados tantos – el elite. El gobierno como proyecto elite prohíbe que representar y gobernar se mezcle.
La tentación que Rodrigo Garcia nos presenta en capítulo 17 con la idea de empezar un día nuevo y hay que echarle cojones me hace reír pero luego decir, “por que no?”. La posibilidad de entrar en un bar, buscar a una persona, y luego follarla sin condón, tener hijos, y empezar una vida nueva me recuerda que la espontaneidad debe tener un gran impacto en nuestras decisiones. Pienso que cuando evaluamos una decisión tanta, perdimos la esencia de lo que elegimos y al final no nos importa lo que pasa. Voy al bar para buscar…
Monday, October 27, 2008
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